Hoy le estamos quitando 5 minutos
de su tiempo para que se piense la situación actual, para que salga por un
momento de su vida cotidiana, para que se acerque y plasme sus ideas en los
muros, que aunque para muchos se ven mejor blancos y represente un gasto más
para la universidad, para nosotros se convierte en una manera más de expresar
nuestra rebeldía y nuestro inconformismo.
Para nadie es un secreto que “ese
tal paro vuelve”, que a pesar de las promesas del gobierno y de las falsas
soluciones que nos pintan, el campesino, su abuelo, su vecino, ese que se
levanta todos los días a trabajar para que usted tenga un plato de comida en la
mesa está cansado, está embejucado y se levanta contra el gobierno neoliberal
que lo único que pretende es quitar las pocas oportunidades de vivir, de
construir, de soñar, que con sus políticas negligentes y sus reformas, busca
llenar los bolsillos de unos pocos y aumentar el hambre y la pobreza de muchos.
En este momento, vemos la necesidad de juntarnos, de sentir las mismas rabias,
de ponernos la ruana y de salir a las calles a protestar, a hacernos escuchar,
a demostrarle al gobierno que a pesar de sus aparatos de represión y del
aumento en sus fuerzas militares no nos callarán, esta vez somos más los que
exigimos cambios estructurales que garanticen posibilidades reales de vida
digna.
Hoy lo invitamos a usted, a que
salga un momento de sus ocupaciones y traiga sus manitos, sus ganas de camellar,
su creatividad y a que se embejuque, se levante y se indigne, a que se una y
nos apoye en esta lucha que no solo es del campesino que se ve obligado a
vender su tierra porque su trabajo es menospreciado y se ha valorizado más el aparato
de las grandes empresas, es del estudiante que se endeuda para obtener un
título y poder ascender en la escala social, es del indígena que históricamente
ha sido expulsado de su tierra, es del negro que tiene exigencias particulares
desde su historia y su cultura, es de la mujer que es marginada y explotada por
el hombre y por el mismo sistema, es del trabajador que día a día es humillado
por la necesidad de mantener un puesto y un salario miserable, esta lucha que
es popular, porque, aunque al parecer de diferentes maneras, todos somos
explotados.
Y entonces, sale Uribe o alguno
de sus secuaces a decir que apoya el paro y que apoya al pueblo, cuando en
realidad son las políticas que estos han promovido y aprobado las que mantienen
y profundizan el desarraigo, el despojo y la muerte en nuestro país.
Para pocos es un secreto es que
lo que preocupa a la mayoría de personas es “desde cuándo se va a bloquear” o
“cuánto va a durar el paro”, sin embargo, invitamos a que esta preocupación
pase más allá, a la indignación, a entender que la culpa no es del campesino,
el estudiante, o el indígena que bloquea, es del gobierno que nos ha obligado a
tomar estas acciones para presionar efectivamente y lograr conquistas.
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