En
un territorio tan rico y diverso, con reservas naturales, tierras cultivables y
gente trabajadora, resulta contradictorio que exista el hambre y la falta de
oportunidades.
Debido
a las políticas neoliberales que manipulan nuestro país, gran parte del territorio
està en manos de extranjerxs, sus multinacionales y trasnacionales, que vienen
y explotan los recursos de una nación que exige justicia social, trabajo digno y
soberanía; en resumidas cuentas: vida digna.
Indigna
que el gobierno regale, venda y robe la tierra de lxs campesinxs e indígenas
que se parten el lomo para subsistir. La
desigualdad late en el corazón de
los siervos sin tierra, mujeres y hombres que sufren todos los días a causa de
la explotación laboral y la expropiación de su patrimonio, pero es hora de
resistir luchando, demostrándole al
gobierno capitalista y oportunista, que nuestra tierra se defiende y que
no permitiremos que se sequen los ríos, la tierra quede infértil y mucho menos,
aguantarnos que hagan lo que se les dé la gana con nosotrxs
Indignan,
los discursos de desarrollo económico (donde se ve al desarrollo como
edificios, aumento del mercado y privatización de recursos) y políticas de protección ambiental orientadas
a la extracción irresponsable, vendidos y comprados por unos cuantos dolaritos.
Exigimos que se construya una verdadera reforma agraria que acabe con la
desigualdad en la tenencia de tierras, los cultivos agroindustriales, la
siembra y cosecha de transgénicos, que los recursos con los que cuenta el país
sean de las personas que las trabajan de manera responsable y para su
subsistencia.
Indigna
la imposición de tratados de libre comercio y sus economías mixtas, como
fachada que legitima la desigualdad,
donde los países que dominan el mercado explotan
y se enriquecen a costillas del supuesto subdesarrollo. Ésta denominada
apertura (no solo económica) descompone la seguridad y la soberanía de los
pueblos destruyendo el tejido social agrandando la brecha entre ricos y pobres
sumergiéndonos en la miseria.
Indigna
que el estado reprima y abuse de nosotrxs por medio del ejército y la policía,
entidades que velan y protegen la propiedad privada y que utiliza la violencia para
legitimar el robo de tierras, la explotación minera, la explotación petrolera, la censura y los falsos positivos,
además de seguir vinculando jóvenes a
la guerra por medio del servicio militar supuestamente obligatorio.
Indigna
que se negocie el conflicto armado solo como confrontación entre el gobierno
nacional, por una parte, y la insurgencia, por otra, comprendiendo dos bandos, “los
buenos y los malos”. Dejando al pueblo en la mitad, sin saber de que parte son y cual de estas
partes representa sus intereses, además de convertirlo en el mayor afectado ya que él quien la larga pone todos los muertos, negándole
la participación en la construcción de condiciones sociales dignas
Indigna
que nuestros padres, madres y nuestro pueblo paguen impuestos para que los
derechos se nos vendan como servicios
cuando deberían ser una obligación del estado, que nuestros medicamentos sean
ibuprofeno y que cientos de personas
mueran en las puertas de hospitales al no recibir atención médica. ¿Se necesita
acaso ser congresista y ganar millones de pesos para que un cáncer tenga el
tratamiento adecuado o que una cirugía sea considerada?
Como
estudiantes debemos trabajar por una educación que obedezca al pueblo, una
educación que nos permita despertar nuestro sentido critico y de creación, para
no ser utilizados como herramientas en función de la industria, donde no seamos
una mercancía que obedezca a la globalización del conocimiento.
Por
estas y muchas más razones estamos indignadxs, contribuyamos en la construcción
de mandatos, luchemos, movilicémonos y exijamos
lo que por derecho es nuestro.
Por
agua, salud, educación, trabajo, soberanía, tierra y una vida digna, dinos que
te indigna.
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