17 de octubre de 2012

Semana de la indignación (4 al 12 de octubre/2012)


En un territorio tan rico y diverso, con reservas naturales, tierras cultivables y gente trabajadora, resulta contradictorio que exista el hambre y la falta de oportunidades.
Debido a las políticas neoliberales que manipulan nuestro país, gran parte del territorio està en manos de extranjerxs, sus multinacionales y trasnacionales, que vienen y explotan los recursos de una nación que exige justicia social, trabajo digno y soberanía; en resumidas cuentas: vida digna.
Indigna que el gobierno regale, venda y robe la tierra de lxs campesinxs e indígenas que se parten el lomo para subsistir. La  desigualdad  late en el corazón de los siervos sin tierra, mujeres y hombres que sufren todos los días a causa de la explotación laboral y la expropiación de su patrimonio, pero es hora de resistir luchando, demostrándole al  gobierno capitalista y oportunista, que nuestra tierra se defiende y que no permitiremos que se sequen los ríos, la tierra quede infértil y mucho menos, aguantarnos que hagan lo que se les dé la gana con nosotrxs
Indignan, los discursos de desarrollo económico (donde se ve al desarrollo como edificios, aumento del mercado y privatización de recursos)  y políticas de protección ambiental orientadas a la extracción irresponsable, vendidos y comprados por unos cuantos dolaritos.  Exigimos que se construya  una verdadera reforma agraria que acabe con la desigualdad en la tenencia de tierras, los cultivos agroindustriales, la siembra y cosecha de transgénicos, que los recursos con los que cuenta el país sean de las personas que las trabajan de manera responsable y para su subsistencia.
Indigna la imposición de tratados de libre comercio y sus economías mixtas, como fachada que legitima la  desigualdad, donde los países que dominan  el mercado explotan y se enriquecen a costillas del supuesto subdesarrollo. Ésta denominada apertura (no solo económica) descompone la seguridad y la soberanía de los pueblos destruyendo el tejido social agrandando la brecha entre ricos y pobres sumergiéndonos en la miseria.
Indigna que el estado reprima y abuse de nosotrxs por medio del ejército y la policía, entidades que velan y protegen la propiedad privada y que utiliza la violencia para legitimar el robo de tierras, la explotación minera, la explotación  petrolera, la censura y los falsos positivos, además   de seguir vinculando jóvenes a la guerra por medio del servicio militar supuestamente obligatorio.
Indigna que se negocie el conflicto armado solo como confrontación entre el gobierno nacional, por una parte, y la insurgencia, por otra, comprendiendo dos bandos, “los buenos y los malos”. Dejando al pueblo en la mitad,  sin saber de que parte son y cual de estas partes representa sus intereses, además de convertirlo  en el mayor afectado ya que  él quien la larga pone todos los muertos, negándole la participación en la  construcción de  condiciones sociales dignas
Indigna que nuestros padres, madres y nuestro pueblo paguen impuestos para que los derechos se nos vendan como  servicios cuando deberían ser una obligación del estado, que nuestros medicamentos sean ibuprofeno  y que cientos de personas mueran en las puertas de hospitales al no recibir atención médica. ¿Se necesita acaso ser congresista y ganar millones de pesos para que un cáncer tenga el tratamiento adecuado o que una cirugía sea considerada?
Como estudiantes debemos trabajar por una educación que obedezca al pueblo, una educación que nos permita despertar nuestro sentido critico y de creación, para no ser utilizados como herramientas en función de la industria, donde no seamos una mercancía que obedezca a la globalización del conocimiento.
Por estas y muchas más razones estamos indignadxs, contribuyamos en la construcción de mandatos, luchemos, movilicémonos y  exijamos lo que por derecho es nuestro.
Por agua, salud, educación, trabajo, soberanía, tierra y una vida digna, dinos que te indigna.

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