PRONUNCIAMIENTO PÚBLICO
Hace diez años la tierra se vistió con la sangre de los compañeros Héctor Alirio Martínez, Leonel Goyeneche y Jorge Eduardo Prieto, en lo que se conoce como la masacre de caño seco. Al igual que hace diez años, las elites y gamonales nacionales hacen uso de los mecanismos institucionales, legales e ilegales con el fin de perseguir y exterminar el movimiento social colombiano. Es así que el día de hoy presenciamos la persecución y el encierro ilegitimo e ilegal de un compañero de lucha, de un hermano que hace parte de la Asociación Nacional de Jóvenes y Estudiantes de Colombia-ANJECO.
Nuestro hermano a sus veintidós años hace parte de uno de los principales proyectos productivos de las organizaciones sociales de Arauca y como la mayoría de jóvenes de las clases populares, del ingreso económico que recibe por su trabajo, dependen su madre y familia.
Nuestro hermano se llama Esmel Hernandez, araucano de nacimiento y rebelde por convicción. Durante los últimos 3 años ha participado de los procesos de organización social en la Asociación juvenil estudiantil regional ASOJER, la cual hace parte de ANJECO.
Nuestro hermano, ha sido víctima en los últimos tres meses de seguimientos, detenciones arbitrarias y allanamientos a su hogar, los cuales han resultado en un montaje judicial y la emisión de una orden de captura, todo lo cual responde a la política de amedrantamiento y persecusión por parte del establecimiento.
Nuestro hermano, tiene como único delito pensar diferente y cuestionar al régimen económico y político que ampara los intereses de las trasnacionales que saquean los recursos naturales, y solo dejan miseria y contaminación para el pueblo colombiano.
Frente al amedrantamiento y la intimidación generada desde el Establecimiento, nuestro hermano, ha respondido con el valor, la entereza, la convicción y la ética que corresponde a los luchadores sociales y a los sujetos revolucionarios que somos víctimas de un Estado cuya única respuesta al movimiento social y popular es el encierro y la muerte. Con la astucia e inteligencia que nos caracteriza, nuestro hermano, ha salido un paso adelante a los intentos de censura y acallamiento del movimiento social. En un acto que desvela la guerra sucia y que evidencia el verdadero rostro de un régimen que pregona la paz pero que reprime sistemáticamente a las clases populares, el compañero ha decidido presentarse voluntariamente a las autoridades respectivas con el fin de dar curso al proceso jurídico que compete.
La acción de nuestro hermano, pone en jaque al establecimiento, pues más pronto que tarde tendrá que reconocer el carácter legal y legítimo de las luchas adelantadas por él, y por el pueblo colombiano, así como asumir las consecuencias de las prácticas violatorias de los principios del sistema democrático.
Éste, nuestro hermano, nos da un ejemplo del desarrollo táctico en la lucha política, ya que antes que renunciar a sus convicciones y a su compromiso con los procesos de lucha y resistencia, o antes que caer en el aislamiento y la inmovilidad, ha hecho de su condición de perseguido un escenario más para luchar contra el régimen que insiste en mantener la riqueza de las minorías a costa de la pobreza y el desarraigo de las mayorías.
Es necesario señalar como este hecho hace parte de una política de Estado que busca exterminar los procesos de resistencia que históricamente se han desarrollado en Colombia, y que demuestra el carácter y el alcance de la “Paz” propuesta por el actual Gobierno. Como pueblo organizado y como organizaciones de izquierda debemos preguntarnos hasta que punto es producente una paz que implica el silenciamiento de la disidencia política, la persecución de la protesta, el señalamiento y la estigmatización de la juventud, la brutalidad policial y los asesinatos extrajudiciales. Si bien el momento histórico nos llama a reflexionar sobre las tácticas y los métodos de lucha política, esto pasa por reconocer la importancia que tiene para el establecimiento un país “Pacificado”, es decir silenciado, el cual se pueda vender al mejor postor sin oposición o resistencia alguna, así como reconocer que existe una clara política de exterminio del movimiento social que utiliza los andamiajes militares y judiciales del orden legal, junto con las prácticas ilegales, en una clara estrategia de silenciamiento e imposición del miedo.
A pesar de lo doloroso que nos resultan estos hechos, no debemos permitir que la tristeza embargue nuestro espíritu y secuestre nuestra moral. Frente a la intimidación y el miedo que se quiere sembrar hacia los procesos de organización juvenil, estudiantil y popular, debe emerger la dignidad y perseverancia como valores revolucionarios que nos permitan continuar con nuestras acciones y tareas. Como jóvenes y estudiantes que nos recogemos en la Asociación Nacional de Jóvenes y Estudiantes de Colombia-ANJECO, extendemos un abrazo fraterno a nuestro hermano de lucha Esmel Hernandez, ratificando nuestro compromiso, acompañamiento y apoyo durante el tiempo que sea necesario hasta que recobre su libertad. También le manifestamos a su familia y allegados nuestra solidaridad y apoyo en las diferentes acciones que se requieran.
El pueblo de centro oriente convocamos a una sola voz para que nos unamos como pueblo colombiano, reconozcamos el valor y compromiso del compañero Esmel Hernandez, y asumamos esos valores como un ejemplo que nos permite asumir con convicción y perseverancia el camino de resistencia y lucha como única alternativa para dar solución a los problemas que surgen de la implementación de un modelo económico entreguista, que es lesivo a los intereses y necesidades de las clases populares.
Solidaridad con nuestro compañero y hermano Esmel Hernández
“Jóvenes y estudiantes por vida y dignidad,
luchando por la región construimos nueva nación”
“Por una Colombia libre y Soberana, Unidad y Lucha”
ASOCIACIÓN NACIONAL DE JÓVENES Y ESTUDIANTES DE COLOMBIA
Movimiento Político de Masas Social y Popular del Centro Oriente de Colombia
II ASAMBLEA NACIONAL ANJECO
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