1 de septiembre de 2013

No a la militarización de nuestras vidas.

Hoy, cuando el país está sufriendo una grave crisis en la que el estado ha utilizado toda su fuerza policial y militar contra el pueblo, los campesin@s, trabajador@s, estudiantes, jóvenes y demás sectores populares levantamos la voz frente a las injusticias cometidas y rechazamos la militarización de nuestras vidas y nuestros territorios. Es por eso que en tiempos donde la represión el hambre y la miseria son el pan de cada día, la rebelión se hace necesaria y justa. Somos hij@s de campesin@s trabajadores que luchan por conseguir su sustento y el de sus familias, pero, ¿A que se enfrentan todos los días? al desarraigo, desplazamiento, muerte o desaparición todo por parte de un gobierno inescrupuloso que en aras de acumular y enrriquecerse cada vez más concede títulos mineros y petroleros a empresas multinacionales que explotan nuestro territorio trayendo consigo la sequía de yacimientos de agua y tierras fértiles, se apropia y acaparan los terruños del pueblo, no para dedicarlos al agro sino para los biocombustibles mientras que miles de familias viven en la completa miseria. Pero toda estas acciones de expropiación y de explotación masiva de nuestros territorios se deben al papel de la fuerzas militares y policiales del país que obedecen y protegen los intereses de los grandes inversionistas sin pensar tan sólo un segundo que el daño y los atropellos cometidos son hacía su misma gente, estos hombres y mujeres hijos también de este pueblo han decidido tomar otro camino y dar la espalda a sus compañer@s, herman@s, ti@s, etc, para servir a unos elementos que simbolizan una patria que no vela por ellos, insertándoles un pensamiento de muerte y destrucción. El miedo y el terror son armas que constantemente han sido utilizadas para mantener al pueblo arrodillado por tanto tiempo, y esa lógica militarista se ha ido profundizando cada vez más con gobiernos de turno que a través de la seguridad democrática reprimen cualquier brote de insumisión contra el estado y por si fuera poco roba a sus hijos para convertirlos en armas de guerra. Por estas razones, como jóvenes rechazamos el servicio militar obligatorio y nos negamos rotundamente a ser piezas de ajedrez en un juego desigual contra nuestros pueblos; y de la misma manera nos reconocemos como objetor@s de conciencia denunciando y evidenciando que el servicio militar ya no será más una obligación, y que las fuerzas coercitivas del Estado no serán engrosadas para pelear en una guerra que no es nuestra. Denunciamos los atropellos que agentes antimotines, de policia y ejercito realizan a tiros y gases, así, cómo en la ciudad de tunja se evidencian abusos contra la población por parte de estos agentes, lo que es un motivo más para aumentar la resistencia popular y organizar la lucha por la soberanía que en estos momentos es una lucha unificada por todos los sectores populares del país.

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