500 años atrás, un puñado de personas hombres y mujeres, campesinas, artesanas, esclavas, nacidas en la sabana, arriesgando su vida, sorteando, el hambre y el frío de los páramos atraviesan la cordillera Oriental, para enfrentar a las fuerzas de ocupación españolas en lo que se conoce como la batalla del pantano de Vargas; los españoles arrasaban territorios, saqueaban minerales preciosos y explotaban nuestros pueblos, dejando miseria, enfermedades, pérdida de cultura y exterminio. Nuevamente, la arremetida de los saqueadores se siente sobre el pueblo colombiano, ya no vienen con carabelas, ahora traen la “prosperidad”, las locomotoras y los batallones, cambió la forma: el fondo es igual; de caballos y armaduras, a batallones, helicópteros y “cooperación norteamericana”, de llevarse el oro y las esmeraldas, pasaron a desangran la madre tierra usurpando nuestra riqueza petrolífera.
El Estado colombiano, cumpliendo a cabalidad su papel de perro permite y acrecienta esta realidad, Arauca es el departamento más militarizado del país, y al mismo tiempo paso obligado para el desangrante oleoducto bicentenario, que junto con el Caño Limón- Coveñas, transportan la riqueza del subsuelo a otras latitudes.
La “JORNADA DE MOVILIZACIÓN PACÍFICA DE EXIGENCIAS A LAS TRANSNACIONALES PETROLERAS Y AL ESTADO COLOMBIANO” es la respuesta al saqueo de las tierras, la pérdida de soberanía, la militarización, el encarecimiento del costo de la vida y las difíciles condiciones sociales, saqueo respaldado por el Estado con las consecuencias ambientales (teniendo en cuenta que en materia ambiental el daño siempre es irreparable), humanitarias y sociales que genera la extracción de los recursos. Respuesta a esta movilización el Estado y tales empresas firman unos acuerdos el 8 de mayo de 2012, con la comunidad, acuerdos que se han incumplido y son la principal razón por la cual el pueblo se levanta una vez más a exigir una política popular de manejo de los recursos. La ausencia del Estado, pasivo y cómplice de las transnacionales ha generado esa inseguridad para los trabajadores y poblaciones y una burla a sus derechos.
Contrario a lo que presentan los medios de comunicación, el 21 de enero de 2013 se retoma la jornada de movilización pacífica y de exigencia contra las transnacionales petroleras y el Estado, que de no dar resultado se extenderá a un paro cívico.
Como colectivos estudiantiles juveniles extendemos nuestra entera solidaridad, y apoyo a las comunidades, y apoyamos sus llamados por la construcción de una política petrolera en beneificio de las comunidades y del país, que privilegie la mano de obra local, así como el desarrollo social y no la acumulación de riquezas por parte de compañías tanto nacionales como extranjeras, exigimos el respeto a la vida y a los derechos de organización movilización, y protesta ciudadana, reiteramos nuestro compromiso como parte de las organizaciones sociales del Centro Oriente de Colombia.
Estudiantes Somos pueblo construyendo poder popular
Colectivos Praxis Insumisa.
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